
Retirar las pezoneras es uno de los objetivos de las mamás que amamantan a sus bebés usándolas a causa de un mal agarre, de grietas, de dolor o de unos “pezones invertidos”.
Pongo pezones invertidos entre comillas porque, como ya está más que evidenciado científicamente, no sería necesario utilizar pezoneras en este caso ya que, el agarre del bebé al pecho, se produce a la areola, no al pezón.
En caso de que hayas iniciado tu lactancia utilizándolas, llega el momento de la retirada y en este post te quiero dar técnicas o trucos para que puedas ir haciéndolo paulatinamente.
Para ver cuando es el momento de retirar las pezoneras, es necesario evaluar si el bebé las necesita.
Para ello, busca una asesora, IBCLC, matrona o persona especializada en lactancia materna para evaluar si el momento adecuado para hacerlo.
El contacto piel con piel entre mamá y bebé permite fomentar un agarre espontáneo.
Normalmente, el primer agarre que se produce, genera una impronta materno-filiar de forma que, el bebé es capaz de recordar esos momentos y de volver a reproducirlos.
Es importante que tanto el bebé como la mamá os volváis a enamorar de la lactancia, del pecho y por eso, el contacto piel con piel le ayudará al bebé a recordar su instinto de supervivencia y de búsqueda.
Permítele buscar, reptar, dale la oportunidad de escuchar tu corazón desde bien cerquita, dale tiempo, con paciencia, con amor y sobre todo, contigo.
Puedes intentar estimular tu pezón con un pequeño masaje para que resulte más visible para el bebé.
Siempre es importante escuchar las señales de hambre del bebé sin que llegue a producirse llanto por hambre ya que entonces el agarre se dificultara mucho porque lo hará con ansiedad y nerviosismo.
Puedes intentar saciar el hambre inicial con pezoneras y cuando este tranquilo, aprovechar en alguna ocasión que se suelte, para retirártela y volver a ofrecerle el pecho sin ellas.
O por ejemplo, si mamá de los dos pechos, al cambiarle al otro, ofrecérselo directamente sin pezonera.
Está técnica consiste en ofrecerle al bebé un sándwich de areola con pezón. ¡Suena raro eh!
Para hacerla, ponemos la mano en forma de C e intentamos que el agarre se produzca mientras tenemos nuestro pecho presionado por nuestra mano.
Cuando el bebé introduce el pecho en la boca, si el agarre es bueno, vamos soltando poco a poco. De está forma nuestro pecho se asemeja más a una pezonera por lo que la confusión le hace agarrarse de forma correcta pero esta vez, sin pezonera.
Si vemos que se pone nervioso o que no consigue agarrarse de forma correcta, utilizamos de nuevo las pezoneras y volvemos a intentarlo más tarde.
Las tomas nocturnas son una buena oportunidad para ir intentándolo porque, además de los picos de prolactina que se producen, suelen hacer tomas más tranquilas y relajadas.
Por eso, podéis probar a darles el cambiazo directamente. Si se agarra bien, perfecto. En caso contrario, volvéis a colocar pezoneras e intentáis más tarde.
Como habrás visto, para la lactancia no hay formulas mágicas.
Cada bebé y cada mamá sois únicos así que, lo importante es encontrar lo que os funcione a vosotros y para eso, es necesario ir probando.
Busca un espacio en el que te sientas cómoda, tranquila, relajada, libre de miradas y de incomodidades.
¡Lo estás haciendo genial!
Si sientes que necesitas acompañamiento o ayuda con tu lactancia, no dudes escribirme pinchando aquí.