
Hay muchas palabras que acompañan tu maternidad pero he querido escribir este post, que esta lleno de ñoñería de la que a mí me gusta. De sentimiento, de esencia, de valores…. De esos que suenan muy idílicos y que nos debemos esforzar por conseguir.
Estoy cansada y aburrida de que no seamos capaces de vivir nuestra maternidad, como madres y como mujeres, y de que no lo hagamos libremente por miedo a las consecuencias, al que dirán, a herir a los demás,…
Mientras tanto aguantamos carros y carretas dándonos cuenta de que nos perdemos grandes cosas por el camino y que, realmente, no estamos haciendo lo que queremos hacer. ¡Nos dejamos llevar como corderillos!
Así que, si estás embarazada, si eres mamá primeriza, si tienes más hijos pero quieres cambiar el rumbo de tu vida y de tu maternidad, ¡Adelante!
Si prefieres escucharlo en lugar de leerlo, te pongo el podcast también:
Sentimientos hay muchos. Algunos de ellos positivos y otros negativos pero vamos a ser realistas, los que nos gustan son los positivos.
Os quiero hablar de esta palabra a través del libro El Monstruo de Colores.
¿Lo conoces? Es un libro pensado para ser trabajado con los peques porque es verdad, que ellos cambian de emoción y sentimiento en cuestión de segundos y realmente no saben ni como se llama eso que sienten ni a qué se debe.
Como os decía, se trabaja con niños pero como adultos, ¡A mi me ha abierto la mente!
Párate un momento aquí, coge un papel y escribe como te sientes. No hace falta que le pongas color al miedo, a la tristeza, a las dudas, a la felicidad,…
Simplemente quiero que te des cuenta de que el mundo no es de color rosa, ni el tuyo ni el de los demás. Y que es lo normal. Si asumimos, interiorizamos y normalizamos nuestros sentimientos y emociones seremos muchísimo más capaces de gestionarlos.
Y bueno, ya el paso siguiente, que sería maravilloso y, que es lo que realmente necesita la sociedad, es ser capaces de comunicarlos y de preguntar a los demás: ¿Cómo te sientes?
La sororidad no es más que la unión de mujeres que luchan juntas para conseguir un objetivo. Empoderamiento, feminismo o igualdad son palabras que se unen a este concepto que, sinceramente, el hecho de que se haya tenido que crear significa que hay muchas cosas por cambiar y mucho camino por recorrer.
Un camino, que como mujeres, es duro y largo pero como mujeres y madres, todavía más.
A mí me despidieron en el 2015 y me despidieron dos mujeres que no opinaban como yo, dos mujeres que no querían vivir la maternidad de la misma manera que yo. Me despidieron por decir que no cuando ellas ya habían dicho que sí.
Yo viajaba 4 días a la semana y desde que estaba embarazada, ya les avisé de que, en el momento naciera el peque, eso no lo iba a hacer. En el embarazo estaba segura pero cuando le vi la carita por primera vez, ¡Ya entonces sí que no tenía ni una mínima duda!
Me ha costado muchos años dejar de criticar su decisión pero ahora lo pienso de otra forma. Ellas buscaban un perfil profesional que yo no tenía. ¿Podían haberme reubicado? Sí, pero no lo hicieron. Decidieron despedirme.
Te acabo de contar mi historia pero hasta hace bien poco, no la contaba así. En esta historia incluía insultos, palabras feas, me entraba mala leche.
Si se hubiera aplicado este concepto de sororidad, yo seguiría en esa empresa.
Seguimos sin caminar de la mano, seguimos sin estar unidas. Nos acompañan los miedos, la incertidumbre, los prejuicios,… pero seguimos sin acompañarnos las unas a las otras.
¿Le damos la vuelta a la tortilla?
Está claro que como personas, como mujeres, no vamos a ser todas compatibles ni afines. Pero nuestro objetivo es el mismo.
¿Cuál es tu objetivo en la vida para ti? ¿Y para tus hijos?
Esta palabra me acompaña desde el 2020 a todas partes. Me la repito y me la vuelvo a repetir. Algún día tendré la fuerza de contaros el hecho más traumático de mi vida que ocurrió en el 2020.
Acompañan a esta palabra la pérdida de un ser querido, problemas familiares, enfermedades, rechazo, rupturas amorosas, desempleo, catástrofes,….¡Cosas malas que se ponen en el camino de la vida!
Si nos enfrentamos a ellas como víctimas vamos a asumir un rol pesimista, triste y oscuro que no nos va a permitir avanzar pero por el contrario, si aceptamos que todo esto forma parte de la vida, podremos seguir viviendo.
Y eso no significa que no podamos estar tristes, que no podamos llorar, que no podamos quejarnos. Significa que aceptamos que nos ha pasado algo horrible y nos adaptamos a la nueva situación.
Dentro del mundo de la maternidad, se me ocurren muchos ejemplos pero uno de ellos del que he hablado mucho es el tema del sueño infantil.
He conocido a muchas mamás agobiadísimas por la falta de sueño. Madres de mala leche, con mal carácter que no son capaces de disfrutar de su bebé por este motivo. Y siempre les digo lo mismo, ¿Has leído sobre sueño infantil? ¿Sabes por qué se despierta tantas veces?
Al tiempo, he tenido la posibilidad de hablar de nuevo con ellas y su respuesta ha sido completamente diferente. Se habían informado y habían entendido como funciona el sueño infantil.
¡La solución la gran mayoría de veces está en nuestras manos y convertirnos en víctimas también!
¿Qué decides hacer tú?
La empatía está muy relacionada con lo que os contaba antes de los sentimientos. Si en lugar de juzgar a una mamá que siempre tiene mala cara, que siempre parece triste, que a veces ni os mira a la cara, le preguntamos cómo se siente, es posible que descubramos a otra persona.
Está claro que no siempre tenemos ni las ganas ni la energía de hacerlo pero estos pequeños pasos, son los que hacen que el mundo cambie.
Es posible que esa persona necesite ayuda, es posible que la maternidad le haya cambiado tanto que ni se reconozca, es posible que este triste por problemas familiares o…es posible que sea así y que simplemente, preguntándole, podamos conocerla un poco mejor.
Cuesta mucho definir nuestros límites. Nos cuesta porque realmente no estamos empoderadas como para tomar decisiones libremente, sobre todo, cuando estás decisiones son diferentes a las de tu entorno.
Pero, definir estos límites te va a permitir conseguir la maternidad que tu quieres, te van a permitir ahorrar energía y te va a permitir disfrutar mejor de tus días.
Por ejemplo, en temas relacionados con la lactancia que es donde yo me muevo mucho porque soy asesora de lactancia, cuando una mamá, casi siempre mamá primeriza, me dice que su madre está todo el día diciéndole que el bebé no puede estar todo el día al pecho, que la teta se da cada 3 horas, que ella no podrá dar pecho porque su abuela tampoco pudo,….Y como estás, un montón de barbaridades más, yo siempre pregunto lo mismo.
¿Te has marcado algún límite con la lactancia? En este caso, es muy sencillo y una respuesta asertiva y rápida podría ser: “Gracias mamá por tu apoyo pero los temas de lactancia los hablo con la asesora de lactancia/pediatra porque ahora se tiene mucha más información que antes”
Hace poco grabé un video explicando técnicas de comunicación asertiva que están muy relacionadas con los límites y el respeto. Si quieres verlo, pincha aquí.
Ahora es el momento de tomar acción. No pierdas tu tiempo ni tu energía en cosas que no las merecen.
¿Ya tienes claros cuáles son tus límites?
Ya lo dice Carlos González, que aunque no acabe de identificarme con todo lo que dice, en esta afirmación, estoy de acuerdo.
La maternidad es para siempre. Una vez te conviertes en madre, todo cambia.
Y lo primero que tenemos que hacer como mujeres, es asumirlo y aceptarlo. Tu vida cambia pero tus valores, tu esencia y tu personalidad siguen siendo los mismos.
Refuérzalos, sácalos a relucir y empodérate como madre y como mujer para conseguir la maternidad y la vida que tú quieres.
¡Espero que todo lo que te acabo de contar haya resonado contigo y que consigas ser feliz disfrutando de tu vida como madre!
Antes de despedirme, quiero hablarte del Club Slow Mothers. Es un club pensado para mujeres dispuestas a dejar huella y a vivir una maternidad única libre de prejuicios y de remordimientos.
Si quieres saber más de este Club, no dudes visitar la página donde tu cuento todo.
¡Un abrazo enorme!