
Vamos a hacer honores a las pascuas y os voy a contar los 7 mandamientos de una mamá lactante.
Y es que, lejos de la apología del cristianismo, podríamos decir que en ocasiones, las mamás lactantes parece que formemos parte de una secta o de un grupo separatista.
Pero no es cierto. Simplemente somos mamás que hemos decidido dar pecho, que queremos ser felices amamantando nuestro bebé y que queremos visibilizar lo maravilloso que es maternar.
Así que vamos allá y aun creyendo fielmente en la crianza y disciplina positiva, muchos de estos mandamientos, los voy a formular con el no.
Aquí podría haber escrito muchos otros mitos asociados a la lactancia materna que acaban suponiendo un abandono de la lactancia o un cambio a lactancia mixta.
No dudes de tu capacidad de amamantar a tu bebé. Tu leche no es agua, no se acaba, no deja de alimentar, tu bebé no llora porque se quede con hambre y tú tienes capacidad para amamantar porque eres mamífera y tu cuerpo está preparado para ello.
Pero no sólo está preparado tu cuerpo, tu bebé lleva 9 meses en tu barriga desarrollando reflejos, instintos y sentidos para salir y buscar tu teta para comer.
Las experiencias de las demás mujeres nos pueden llegar a hundir y es que, la sociedad se ha empecinado en enseñarnos maternidades idílicas que forman parte de una realidad a la que pocas pertenecemos.
Cansadas de ver influencers divinas con sus peinados y sus casas impecables nos miramos a nosotras con la casa patas para arriba y los pelos de loca y nos venimos abajo.
¿Esa maternidad es real? Claro que es real, pero es suya. La tuya es completamente diferente pero igual, o más, maravillosa que la de ella.
¿Qué sucede si el bebé de tu vecina duerme toda la noche? Que le das la enhorabuena y le dices que el tuyo por ahora no.
¿Qué sucede si el bebé de tu amiga toma biberón y a ella no le duelen las tetas? Le dices que enhorabuena pero que tu decisión ha sido otra y que quieres darle pecho y que lo vas a conseguir.
En tu cabeza las cosas están súper claras pero luego a la hora de ponerlas en práctica o de hacerlas visibles, te entran los miedos, las dudas, los prejuicios y acabas confiando más en lo que te dicen las personas de tu entorno que en tus creencias o pensamientos.
Confía en ti asumiendo que te puedes equivocar, que puedes cambiar de opinión una y mil veces y sabiendo de ante mano que, no vas a hacer nada que vaya a perjudicar o dañar a tu bebé así que, puedes estar muy tranquila.
Buscamos el respeto por parte de los demás hacía nosotras pero, y tú, ¿Te respetas?
Tienes que buscar la forma de ser fiel a tu palabra y de comunicar tus objetivos como madre de forma asertiva para vivir una maternidad llena de tu esencia y tus valores.
No tienes súper poderes y no vas a llegar a todo.
¿Y sabes qué? Que no pasa nada.
¿Y sabes qué? No llegas a todo y no pasa nada. Vas a pasar muchas horas dando pecho y es imposible dar pecho 20 horas al día y seguir teniendo controlado todo lo demás.
Es un buen momento para pedir ayuda, para delegar, para repartir tareas y es un grandísimo momento para tener claras las prioridades.
¿Cuál es tu primera prioridad? Creo que me sé la respuesta.
Estas en pleno postparto alimentando a tu criatura no solo a nivel de comida sino también a nivel emocional.
Le estas nutriendo de ti, de tu calor, de tu respiración y esto son muchas horas por lo que, asumiendo esto y sabiendo que tu bebé va a pasar mucho tiempo en tus brazos, buscarás ayuda para el resto de cosas de tu día a día (casa, comida, hermanos, trabajo,…)
La desesperación, el agotamiento o la falta de información nos lleva a tomar decisiones que en ocasiones no son muy acertadas o compartidas por las demás madres.
O simplemente se tratan de diferentes formas de ver la maternidad o de llevarla a cabo pero es importante ser conscientes de que, esas opciones, son igual de validas que las nuestras.
Por otro lado, me ha pasado varias veces pensar que alguna mamá era seca o muy seria y al interactuar con ellas, descubrir que era mamá clamando ayuda y acompañamiento a los cuatro vientos.
Detrás de una mamá con cara sería, con pocas palabras o con la mirada agachada, puede haber una mamá suplicando un café y una conversación.
O puede ser que no y entonces ya sabemos: Hasta luego Mari Carmen
La comunicación asertiva es la mejor forma de comunicarse y para las mamás, es de vital importancia.
He visto como lactancias se abandonaban por no ser capaces de imponer nuestros pensamientos, nuestras decisiones. He visto a mamás llorar por no saber como decirle a su madre, amiga, vecina que todo lo que le decía, le dolía en el corazón.
Comunicándote de forma asertiva, consigues decir lo que piensas sin caer en la agresividad o en los enfados y sin caer en la pasividad del silencio.
Ser asertiva te empodera y te hace fuerte y lo hace desde el respeto y la empatía. ¡Maravilloso!
Y no se trata de ser positiva. Para nada, estoy cansada de ser positiva y de ver las cosas desde el positivismo.
Se trata de aceptar las circunstancias según llegan. En este caso, te has convertido en madre y lo has hecho de forma consciente.
Pues ahora toca disfrutar de la maternidad sabiendo que van a venir días duros, días muy largos, momentos complicados pero también van a haber momentos maravillosos llenos de magia con tu bebé.
Y bueno hasta aquí, 7 mandamientos que como mamá lactante pueden guiarte para conseguir una maternidad real llena de tu esencia y tus valores.
Y antes de despedirme solo recordarte que, en caso de echar en falta el no matarás, puedes revisar los puntos 5, 6 y 8