
¡Enhorabuena por tu maternidad! ¡!Enhorabuena por tu nueva vida como madre!
Este artículo, no es un post cualquiera. Es un post escrito desde el corazón en el que he querido plasmar mi esencia y energía. Por eso, me he decidido también a grabarlo en formato podcast.
Pero, si eres de que las que prefiere leer. ¡Adelante!
Antes de nada quiero presentarme. Mi nombre es Silvia Alcocer y os aseguro que si hay un momento en la vida, que me ha cambiado, sin duda alguna, es haberme convertido en mamá.
Para que me conozcas un poco mejor. Estudié Ingeniería de Montes y soy una persona a la que le encanta viajar. De hecho, hasta que naciese mi primer hijo Alejandro en el 2014, yo pensaba que el hecho más trascendental de mi vida, era haberme ido de Erasmus. ¡Inocente de mí!
Nunca antes jamás habría imaginado que, al nacer Alejandro, mis prioridades iban a cambiar tan radicalmente. Había escuchado hablar de lactancia materna, pero de lejos. Había escuchado las típicas frases de: “Duerme ahora que luego ya verás” “Viaja ahora que luego con los niños no puedes”
Y sí, es cierto, que durante años me he dejado llevar por muchas de estas frases y no he sido capaz de imponer mi esencia y mis valores.
Así que, mi objetivo con Madres con Huella es que ninguna mujer se sienta como yo me sentí en el 2014 cuando me convertí en mamá primeriza.
Las mujeres necesitamos sentirnos acompañadas como madres pero, ¡También como mujeres!
Y no quiero entrar en temas más profundos sobre feminismo o empoderamiento, aunque entraré más adelante. Solo quiero que te sientas acompañada, respetada y valorada.
Solo quiero que consigas disfrutar de tu maternidad real y por eso, os quiero resumir los 10 aspectos que define una Madre con Huella.
Además, cada uno de estos aspectos, llevará asociado un ejercicio para empezar a caminar hacía tu maternidad real. Así que, coge papel y boli y prepárate a pisar fuerte.
¿Estás preparada?
¡Adelante!
El miedo no deja de ser un sentimiento. Miedo a que le pase algo a tu bebé, a que no puedas amamantar, a que te despidan al reincorporarte, a no querer reincorporarte,…
El miedo forma parte de nuestras vidas pero no nos puede paralizar y en este término es en el que debemos actuar. Si el miedo te paraliza, te impide conseguir tus logros y para empezar a hacer frente ante tus miedos, te propongo el siguiente ejercicio.
Haz una lista con las cosas que a día de hoy te dan miedo y a su lado, escribe que solución podrías darle.
Por ejemplo: tengo miedo a que me despidan al reincorporarme. Puedes empezar a estudiar otra cosa que te apasione, puedes reinventarte a nivel laboral, puedes pedir una excedencia, puedes pedir una reducción de jornada,…
Tener las oportunidades en la palma de tu mano, te permitirá estar más tranquila y enfrentarte a tus miedos con decisión y fuerza.
Que si somos unas ñoñas, que si lloramos mucho, que si somos bipolares, que si luego reímos…¡A tomar viento fresco!
Tienes sentimientos y si quieres, los expresas. A todo el mundo le gusta la gente alegre pero, vamos a ser realistas, no siempre podemos estar felices y contentos.
Como mamás, a veces, dormimos una hora o no dormimos. ¿Cómo quieren que salgamos a la calle?
El ejercicio que te quiero proponer aquí es muy sencillo. Coge un papel y escribe como te sientes en este momento y porque. Si es bueno, busca este momento más veces. Si es malo, sabes que debes intentar alejarte de este tipo de momentos o situaciones.
Por ejemplo: ahora mismo te sientes mal porque tu casa es un caos y no consigues avanzar con tu bebé. No tienes ni tiempo de mirarte a la cara, tu casa esta hecha un desastre y, claro por supuesto, esto te afecta a nivel emocional. ¡Tienes que buscar una solución!
Puedes aplicar Feng Shui, conceptos minimalistas de orden, pedir ayuda externa,… ¡Lo que decidas pero tomar acción para cambiar esto!
La asertividad lleva asociado ser capaz de comunicarte con respeto, empatía y optimismo. Tu puedes decir todo lo que quieras desde el respeto y la educación.
Si utilizas una comunicación pasiva, es decir, no haces nada ante lo que te encuentras o te dicen, esto va llevar asociado que te vas a sentir débil, vulnerable, triste,…
Puedes caer en la comunicación agresiva con los consiguientes enfados, posteriores reproches o tristeza.
Por eso, aprender a comunicarnos de forma asertiva es tan importante.
Os quiero contar el ejemplo de la empresa donde yo trabajaba. Os lo voy a resumir y es que, desde que implantamos una herramienta de comunicación asertiva con los trabajadores, aumentamos en eficacia, disminuimos el absentismo y disminuimos también los accidentes laborales. Es decir, aquello de que, hablando se entiende la gente, funcionaba a la perfección.
En este caso, piensa en algo que no sepas como decir. Por ejemplo, no sabes cómo decirle a tu madre que no puede venir todas las tardes porque necesitas tu espacio. ¿Qué podrías decirle? Te doy algunos ejemplos:
Ten en la cabeza frases tipo que decir ante esas situaciones incómodas en las que no sabes cómo reaccionar y teniéndolas preparadas, responderás rápido sin ponerte nerviosa.
Es muy fácil juzgar en temas de maternidad. Te quiero contar una experiencia personal mía para explicártelo mejor.
Alejandro durante dos años estuvo despertándose una media de 8-10 veces cada noche. Unas mamaba, otras simplemente quería pasear, otras se despertaba un rato y otras se dormía enseguida. Nos costó mucho entender que el sueño es madurativo y que no puedes enseñar a dormir a un bebé. Pero, durante este tiempo conocí familias que me recomendaron Stivill y sinceramente, acabe entendiéndoles.
En muchas ocasiones caes en la desesperación, en el agotamiento, en el desconocimiento y te agarras a un clavo ardiendo para intentar conseguir que las cosas cambien.
Asumir y normalizar que todos somos diferentes y que, por lo tanto, hacemos las cosas diferentes, te permitirá ponerte en el lugar de las otras personas sin juzgar.
Pero de este tema, os quiero lanzar una reflexión a modo de pregunta de que la luego hablaremos: ¿Tienes claros cuales son tus límites dentro de la maternidad?
Y no me refiero a nivel físico, una madre con huella, se cuida a nivel físico y a nivel emocional.
A nivel físico es cierto que cuesta pero, simplemente puedes empezar saliendo a caminar, apuntándote a algún grupo al que vayan otras mamás con bebés, con vídeos de Youtube,… ¡Como prefieras!
Pero de lo que realmente os quiero hablar en este punto, es de salud a nivel mental.
La salud mental, tristemente, es algo de lo que se habla poco. Si dices que vas al psicólogo, parece que estés mal y es todo lo contrario. No, estoy bien y quiero seguir estándolo y por eso, aprendo a gestionar mis sentimientos y emociones con profesionales que me ayuden a ello.
Yo empecé hace un tiempo a meditar. No podía imaginarme que, algo tan sencillo como tumbarme a desconectar 15 minutos al día, podía aportarme tanto.
Busca tu equilibrio mental en momentos, espacios y lugares que te lo aporten pero no te olvides de esta parte.
Identifica 3 aspectos que te afecten a nivel mental y propón alternativas para que no lleguen a producirse o para que se solucionen.
¿Os doy una pista? Casi todas las mamás con las que hablo se ven muy afectadas por la gestión de las visitas, principalmente de familiares.
La energía va y viene.
Además, como madres, nos pasamos el día tomando pequeñas decisiones. Desde la casa, la compra, la ropa, la comida,…¡Todo el día decidiendo!
Tener una mínima planificación, te ayudará a dejar de tomar decisiones de forma continua y a poder invertir ese tiempo en otras cosas.
Siempre me gusta poner como ejemplo la organización de las comidas semanales. No sé si habréis oído hablar del batchcooking. ¡Cocinas 1 día y comes los 7!
De esta forma ahorras tiempo cocinando, limpiando la cocina, optimizas la compra y dispones de más tiempo para hacer otras cosas más divertidas.
Haz un pequeño listado de cosas que ocupan parte de tu día y que podrías organizar semanalmente. ¡Vas a alucinar!
Te pongo otros ejemplos de cosas/situaciones que te roban la energía y posibles soluciones:
Ya te he ido hablando de lo importante es que tomes decisiones en tu día a día para poder ahorrar energía, poder empatizar con la gente y en definitiva, poder dar pasos hacia tu maternidad real.
Pero quiero recordarte algo y es que, tus decisiones, en la gran mayoría de ocasiones no siempre serán iguales a las de los demás y eso, ¿Cómo lo llevas?
Asume que eres diferente.
Asume que ser diferente, te hace única.
Asume que todos somos diferentes.
Sé firme ante tus decisiones y empodérate para conseguir tus logros personales. Aquí es donde está tu esencia, aquí es donde están tus valores.
¡Qué fuerza y poder tiene está palabra si la analizas en profundidad!
¿Cuál es tu límite? ¿Cómo lo mides? Y es cierto, que los límites son difíciles de definir y de cuantificar. Por eso, cuanto más los simplifiquemos, mejor los entenderá todo el mundo cuando los comuniquemos.
Por ejemplo: en mi casa no acepto visitas a partir de las 20.00. ¡Un límite sencillo, fácil de entender y muy claro!
Otro ejemplo: Ante la típica frase de “este niño se queda con hambre”, una respuesta podría ser: “Tranquila, está todo bien, los temas de lactancia, los hablo con la asesora”. Una forma directa, clara y empática de decirle: “No voy a hablar contigo de lactancia”
Caer en la opinología, cuando te conviertes en madre, es muy fácil. ¿Cuántas veces has visto preguntas en Facebook que son contestadas alegremente por otras mamás?
Yo he visto cientos de preguntas sobre medicamentos, lactancia,… que son contestadas, con la mejor intención del mundo, contando una experiencia a modo de consejo pero, es que, esa experiencia, ni es respetuosa según tus límites, ni es beneficiosa.
Por eso, quiero proponerte un ejercicio muy breve:
Si tienes dudas sobre medicamentos, tenemos claro que la persona de referencia es el pediatra. ¿Pero tienes claro a quién hacerle preguntas sobre crianza, sueño infantil, lactancia, alimentación complementaria,…?
Es muy raro por ejemplo que un pediatra te explique el BLW y es posible que quieras conocerlo para ponerlo en práctica. Así que un buen ejercicio es ir anotando las cosas que te interesan sobre la crianza y maternidad y buscar buenos profesionales de referencia.
La he puesto en el último lugar para explayarme y es que, conozco muy pocas mamás que hayan disfrutado de su maternidad desde el primer momento.
En mi caso, por ejemplo, las primeras semanas las pasé preocupada por su peso, por el agarre, por las grietas, por las visitas,… ¡Pero no disfruté de mi hijo!
Tenía dudas de si cogerle o no cogerle. En aquel momento todavía me creía aquello de que se acostumbran a los brazos y que nos manipulan.
Y espera, que además, de tener a tu bebé, la vida sigue y nos llegan cosas de fuera.
Para poder disfrutar de tu maternidad puedes hacer muchísimas pequeñas cosas que te llenarán el día de felicidad. Este es uno de los principales beneficios que, por ejemplo, yo le veo al masaje infantil para bebés. Algo sencillo, a la altura de tu mano y que, además de todos los beneficios que tiene, te aporta felicidad a nivel familiar.
Si has llegado hasta aquí, ¡Muchas gracias!
Todos los ejercicios que te he ido proponiendo te van a ayudar a disfrutar de tu maternidad pero falta una última cosa en la que quiero que pienses.
Simplemente tú.
Anota en un pos-it algo que quieras hacer durante la semana para ti. Leer, pasear, tomar un café con una amiga, ir de compras,…¡Lo que quieras!
Pega ese post-it en un lugar bien visible y no te olvides de que el súper poder que necesitas para conseguir tu maternidad real, ya lo tienes, eres tú.
¡Espero que todo lo que te acabo de contar haya resonado contigo y que consigas ser feliz disfrutando del milagro de la vida de ser madre!
Antes de despedirme, quiero hablarte del Club Slow Mothers. Es un club pensado para mujeres dispuestas a dejar huella y a vivir una maternidad única libre de prejuicios y de remordimientos.
Si quieres saber más de este Club, no dudes solicitar una cita de 15 minutos totalmente gratuita y estaré encantada de contártelo todo.