
La lactancia materna en los primeros días, sobre todo si eres mamá primeriza, puede llegar a ser muy agobiante y podría decir que incluso asfixiante.
Llevo asesorando a mamás en temas de lactancia materna desde el 2015 y os aseguro que, he escuchado muy pocos casos de mamás que consigan disfrutar de la lactancia desde el primer momento.
Como en todo, el acompañamiento y la situación personal de cada familia es lo que determina como fluyen los primeros días con el bebé pero si algo es cierto es que, la emoción y la alegría se juntan con el desconocimiento, los miedos y las dudas y resulta complicado conseguir conectar con lo realmente importante: descansar y estar con el bebé.
Por eso, he recopilado en este post las principales dudas que me suelen hacer las mamás primerizas y que espero, os sirvan de gran ayuda.
Estas son las afirmaciones más comunes que me han hecho en las asesorías y a las que quiero dar respuesta:
Los primeros días es posible que notes los pechos muy duros. A esto se le llama ingurgitación mamaria.
La ingurgitación se produce por la acumulación de líquidos durante el parto y por el aumento de los vasos sanguíneos.
En ocasiones, puede dificultar el agarre a la hora de mamar ya que el pezón está muy tirante y el bebé no puede agarrarlo bien por eso, para solucionarlo, se aconseja utilizar hojas de col sobre el pecho para relajar la zona o aplicar la técnica de presión inversa suavizante.
La subida de leche suele producirse durante la primera semana de vida del bebé pero tranquila que mientras tanto, tu cuerpo genera calostro.
El calostro también se llama oro liquido por sus propiedades ya que, contiene todo lo que tu bebé necesita para estar bien alimentado e hidratado los primeros días de vida por lo que, no es necesario, que salvo otra complicación, suplementes ni des agua.
La producción de leche, los primeros días de vida del bebé, no está regulada por eso, es posible que demande teta muy a menudo.
Es importante saber que la lactancia tiene que ofrecerse a demanda en todo momento. Es decir, es completamente normal que hayan días en los que el bebé se pase todo el día al pecho.
Piensa que la teta, no es solo alimento es también vínculo, amor, calor humano por eso, en ocasiones, no siempre demandan comida, demandan a mamá. Necesitan sentirte cerca.
Si tu madre y tu abuela no pudieron dar pecho, sinceramente, no sé qué ocurriría en el aquel momento pero, realmente las probabilidades de que biológicamente no puedas dar el pecho son muy bajas. Te diría que rondan el 1%.
¿Puedes ser ese 1%? Pues podría ser pero lo normal, es que muchas lactancias se abandonen por culpa de este tipo de mitos asociados a nuestras abuelas.
A las mamás primerizas, la presión familiar, en muchas ocasiones os supera y puede haceros dudar de vuestra capacidad de hacerlo bien, de conseguir vuestros propósitos y de conseguir la maternidad que queréis. Ellas vivieron su maternidad, la tuya, es tuya y es completamente diferente.
Os puede ayudar a gestionar este tema, el siguiente video en el que os hablo de comunicación asertiva.
El tamaño de los pechos, tanto si son grandes, como si son pequeños, no afecta en ningún momento a la producción de leche.
En este aspecto, ¡Poco más que decir!
Durante el periodo de mamá lactante tu dieta tiene que ser variada y saludable. Puedes comer absolutamente de todo siempre que no aparezcan complicaciones como intolerancias o reflujo. Si notas algo preocupante consulta al pediatra pero no empieces a eliminar alimentos de tu dieta sin un control o seguimiento.
Lo único que como ya sabes, si que debes evitar o limitar, es la toma de bebidas alcohólicas o bebidas con cafeína/teína.
La OMS recomienda lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de vida del bebé. Tu puedes tomar la decisión que quieras pero sabiendo que, un día más de lactancia, es un regalo más tanto para tu bebé como para ti.
Disfruta del tiempo que le des pecho y busca información con respecto a cómo hacer el banco de leche y como organizarte con la vuelta al trabajo. Hay muchas soluciones para poder continuar con la lactancia, por supuesto, siempre que tú quieras.
Tu leche materna no es agua y no puede serlo. El indicador más claro que te dirá que la leche no es agua es el peso de tu bebé, el número de pañales que moje durante el día y su estado anímico.
Ante esta afirmación, las preguntas que yo suelo hacer son muchas y casi todas mis respuestas se orientan a conseguir que las mamás confíen en ellas y lleven a cabo una lactancia a demanda y, con a demanda, quiero decir, a demanda.
Este listado podría ser mucho más largo pero sobre todo, las mamás primerizas, necesitáis fortaleza y acompañamiento para no sentiros débiles y vulnerables.
Eres mamífera, tu condición de mamífera te permite lactar pero esto no significa que puedan surgir complicaciones con la lactancia materna.
Por eso, mi último consejo va enfocado al 100% a que consultes todas las dudas que tienes de lactancia a una asesora, IBCLC, matrona o pediatra pero que no tires la toalla a la primera.
Lucha por conseguir tu maternidad real, ¡La que te mereces!
Puedes preguntarme en comentarios otras dudas de lactancia que tengas y si necesitas acompañamiento más específico, no dudes ponerte en contacto conmigo.